Retos y oportunidades del sector agroalimentario aragonés
La celebración del Día Mundial de la Agricultura reunió el 9 de septiembre en el Palacio de la Alfranca a representantes de la administración, empresas y organizaciones del sector agroalimentario aragonés para reflexionar sobre los retos y oportunidades que afronta una de las principales actividades económicas de la Comunidad. La jornada, organizada por el Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón, concluyó con la entrega de la primera edición de los Premios Agroalimentarios de Aragón, destinados a reconocer la innovación y la excelencia del sector.
Apertura de la jornada
La periodista Lourdes Zuriaga abrió el encuentro recordando que se conmemoraba el 80 aniversario de la firma de la Fundación de la Paz y subrayando la trascendencia del sector en el reto global de alimentar a la población mundial. “El reto es la alimentación de la población mundial. Algo que no se puede conseguir sin la participación de agricultores, transformadores y de la industria de alimentos”, señaló. Reivindicó también un mayor reconocimiento social para un sector que, aunque es motor económico de España y de la Unión Europea, no siempre cuenta con la visibilidad que merece.
Bienvenida institucional
El consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón, Javier Rincón, fue el encargado de dar la bienvenida institucional a la jornada. En su intervención, agradeció la labor del Departamento de Medio Ambiente y Turismo y del personal encargado de la gestión del Palacio de la Alfranca, destacando el valor de este enclave para acoger un encuentro de reflexión sobre el futuro del sector.
Rincón quiso poner en contexto la magnitud de la agroalimentación en Aragón, recordando que el sector productivo y transformador supone aproximadamente el 50% de la producción de la Comunidad y que es el principal motor económico en 23 de sus 36 comarcas. Subrayó además que más de 55.000 personas trabajan directamente en este ámbito, lo que convierte al agroalimentario en un eje estratégico no solo económico, sino también social y territorial.
El consejero incidió en que la agroalimentación refleja la identidad y la cultura de Aragón, y que su desarrollo está ligado a la sostenibilidad, la calidad y la innovación. Destacó que la jornada permitía analizar conjuntamente los desafíos y expectativas del sector, con el objetivo de seguir creciendo en calidad y competitividad.
En su repaso de los retos actuales, hizo referencia al marco de la futura PAC 2028-2034, ante la que Aragón ha mostrado su oposición a determinadas propuestas que considera perjudiciales. También señaló la necesidad de avanzar en la diversificación de productos y en la apertura de nuevos mercados, todo ello en un contexto global marcado por tensiones comerciales internacionales.
Javier Rincón puso especial énfasis en la atracción de jóvenes al sector agrario y ganadero, planteando como gran reto generacional que la agricultura y la ganadería se perciban como profesiones de futuro, ligadas a la tecnología y la innovación. “Uno de los grandes retos es conseguir que nuestros jóvenes piensen que la agricultura y la ganadería son profesiones de futuro y atractivas para ellos”, afirmó.
Finalmente, el consejero defendió la importancia de la colaboración público-privada como palanca imprescindible para superar los retos de futuro y avanzar hacia una estrategia compartida que garantice la competitividad y el desarrollo del sector. Concluyó destacando que la entrega de los Premios Agroalimentarios de Aragón nace con vocación de continuidad y se convertirá en un reconocimiento anual al esfuerzo de empresas y profesionales del sector.
La visión europea de la PAC 2028-2034
La ponencia central corrió a cargo de Patricia Cirez, directora de Asuntos Europeos de Vinces Consulting, bajo el título “El marco financiero plurianual y la política agraria común 2028-2034”. Cirez explicó que las prioridades de la Comisión Europea se sustentan en el acuerdo de los 27 Estados miembros y del Parlamento, y no solo en la iniciativa de Bruselas. Entre esas prioridades destacó la defensa del modelo europeo de calidad, la necesidad de flexibilidad para afrontar crisis imprevistas y la simplificación de la gestión de la PAC.
La ponente subrayó que el nuevo enfoque supone un cambio profundo de gobernanza, inspirado en el mecanismo de recuperación y resiliencia, con un único plan por país y mayor exigencia en la consecución de resultados. Advirtió, sin embargo, de que la propuesta inicial prevé una reducción presupuestaria que afectaría al desarrollo rural, aunque recordó que aún quedan dos años de negociación para modificar la propuesta. “El gran cambio es de concepto, de estilo, de planificación y de gobernanza”, apuntó.
Además, Cirez remarcó que este proceso no debe entenderse únicamente en términos económicos, sino también como una oportunidad para redefinir el papel del sector agroalimentario en Europa. En este sentido, defendió que Aragón y España deben aprovechar el debate para situar en el centro cuestiones como la sostenibilidad, la digitalización y la competitividad internacional, subrayando que el agroalimentario puede ser un motor clave en la transición hacia un modelo europeo más innovador y resiliente.
Como cierre, dejó un mensaje positivo: “Aunar fuerzas, conformar una posición constructiva y participar de manera efectiva en este proceso decisorio marcarán la diferencia a favor de un MFP a la altura de los retos del sector en Aragón y en España.”
Mesa redonda: retos y oportunidades del sector agroalimentario aragonés
Moderada por Lourdes Zuriaga, la mesa redonda reunió a representantes de diferentes ramas del agroalimentario para debatir sobre las perspectivas de futuro.
En su introducción, Zuriaga recordó que el sector representa el 13% del PIB regional, con más de 20.000 empleos directos y una facturación superior a los 2.500 millones de euros. Subrayó su papel como factor de fijación de población en el medio rural y destacó la relevancia de las exportaciones, que en 2024 crecieron un 5%, consolidando una tendencia al alza que sitúa a Aragón en una posición estratégica en los mercados internacionales.
El primero en intervenir fue Antonio Lozano, presidente de Fedefruta Aragón y representante de FEPEX, que expresó su preocupación por la caída del consumo de fruta, especialmente en manzana, donde se ha registrado un descenso del 40% en la última década. Señaló que Aragón produce casi el 15% de la fruta nacional, con un claro liderazgo en cereza —donde alcanza el 30% de la producción— y con un modelo basado en la diversidad de zonas productoras, que permite escalonar cosechas y mantener fruta en los mercados durante más meses. También advirtió de que la mano de obra supone hasta el 50% de los costes de producción y defendió la necesidad de introducir nuevas variedades más atractivas para los consumidores y de incorporar a jóvenes al sector a través de la tecnología.
“En Aragón producimos casi el 15% de la fruta nacional, una cifra importantísima que nos coloca en el mapa internacional”.
A continuación, Giuseppe Aloisio, director general de ANICE, recordó la fortaleza del sector cárnico, el que más factura, exporta y emplea dentro de la industria agroalimentaria española. Subrayó que Aragón representa ya el 19% de la producción nacional, frente al 4% de hace veinte años, lo que supone un crecimiento del 328% en apenas dos décadas. Atribuyó este avance tanto al esfuerzo empresarial como al apoyo de las administraciones, que han trabajado junto al sector para desarrollar un modelo integrado y eficiente. Aloisio señaló como retos principales la sostenibilidad ambiental, la eficiencia energética y la necesidad de atraer nuevo talento. En este sentido, propuso un plan regional de transformación sostenible que permita fijar objetivos a largo plazo y trascienda los cambios de mandato político.
“El sector cárnico quiere liderar una transformación sostenible apoyada en nuevas palancas como la economía circular y la valorización de subproductos”.
Por su parte, José Víctor Nogués, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, defendió el valor del modelo cooperativo como sistema que permite a autónomos, hombres y mujeres del medio rural convertirse en empresarios y generar riqueza desde el territorio. Reconoció, no obstante, que a veces las cooperativas han perdido mercado por no saber comunicar adecuadamente sus ventajas competitivas. Destacó el lanzamiento de una nueva marca cooperativa que garantizará trazabilidad y seguridad alimentaria, y que contribuirá a diferenciar el producto europeo frente a importaciones más baratas. También puso sobre la mesa el grave problema del relevo generacional: la media de edad de los consejos rectores es muy elevada y cada vez resulta más difícil convencer a los jóvenes de que permanezcan en los pueblos.
“Sabemos hacer bien las cosas, pero comunicamos mal y tenemos un problema”.
En cuarto lugar, intervino José Enrique Chueca, presidente de la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón. Recordó que los retos forman parte de la esencia de la empresa: “Si no hay retos, no hay oportunidades; son la única manera de avanzar.” Defendió la planificación europea y reconoció que, aunque a veces las normativas puedan parecer excesivas, son también una garantía de calidad y diferenciación frente a otros mercados. Insistió en la necesidad de adaptarse a los cambios demográficos —con una población más envejecida y con hábitos de consumo diferentes— y a las nuevas tendencias de mercado, donde la alimentación saludable gana terreno. Chueca puso en valor la innovación constante de las pequeñas y medianas industrias alimentarias aragonesas y recordó que las exportaciones del sector rondan ya los 300 millones de euros, con un amplio margen de crecimiento.
Por su parte, Emilio García Muro, director general de Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, aportó la perspectiva del Estado. Subrayó que la sanidad y la calidad son la verdadera “tarjeta de visita” de los productos españoles en el exterior y que garantizan la confianza de los mercados internacionales. Defendió que el papel de la administración es certificar y velar por esos estándares, lo que ha permitido que España alcance ya los 75.000 millones de euros en exportaciones agroalimentarias. García Muro recordó además que el turismo constituye una oportunidad extraordinaria para dar a conocer los productos españoles, ya que muchos consumidores europeos los descubren durante sus vacaciones en España y luego los demandan en sus países de origen.
Segunda ronda: oportunidades en cada sector
Tras una primera ronda centrada en los retos, Lourdes Zuriaga abrió un nuevo turno de intervenciones en el que los ponentes fueron invitados a poner el foco en las oportunidades de futuro. Este espacio permitió matizar sus discursos iniciales y ofrecer una visión más constructiva sobre cómo encarar los desafíos del sector agroalimentario aragonés.
Antonio Lozano explicó que la fruta aragonesa tiene una oportunidad clara en la apertura de nuevos mercados exteriores, tanto en Europa como en Asia. Recordó que ya existen protocolos aprobados, como el que permite exportar a China, y subrayó que la diversidad de zonas productoras en Aragón es una fortaleza para garantizar fruta fresca durante varios meses del año. Lozano insistió en que la innovación varietal y la diferenciación de producto pueden contribuir a recuperar el consumo y a posicionar la fruta aragonesa con un valor añadido frente a otros competidores.
Giuseppe Aloisio puso el acento en la necesidad de que el sector cárnico, que ya lidera en producción y exportación, dé un paso más para liderar también la transformación sostenible. Señaló que la valorización de subproductos, la economía circular y la inversión en nuevas tecnologías energéticas representan una palanca de crecimiento que permitirá consolidar su liderazgo internacional y responder a las exigencias de los consumidores en materia de sostenibilidad. Recalcó que Aragón puede convertirse en un referente en este ámbito si se dota al sector de una hoja de ruta consensuada y de estabilidad normativa.
José Víctor Nogués volvió a incidir en la importancia de la comunicación y la promoción como oportunidad para las cooperativas. Explicó que el lanzamiento de una marca común permitirá visibilizar la trazabilidad y la seguridad alimentaria como valores diferenciales del producto europeo. Para Nogués, este paso es clave para que los consumidores estén dispuestos a pagar más por alimentos producidos bajo estándares de calidad exigentes. Añadió que la educación en valores rurales y la presencia en campañas de información son también oportunidades para fortalecer el vínculo entre la sociedad y el mundo cooperativo.
En su intervención, José Enrique Chueca destacó que la creciente preocupación social por la salud y el bienestar representa una oportunidad estratégica para las industrias alimentarias aragonesas. Explicó que las pequeñas y medianas empresas de la comunidad ya están adaptando procesos y productos a estas tendencias, y que esto puede situarlas en una posición competitiva frente a otros mercados. También apuntó que la internacionalización es un camino de futuro: con 300 millones de euros en exportaciones, todavía hay mucho margen para crecer, especialmente en mercados emergentes y en segmentos de producto de mayor valor añadido.
Finalmente, Emilio García Muro recalcó la importancia del turismo como escaparate internacional. Explicó que muchos consumidores europeos conocen los productos españoles durante sus vacaciones y luego los buscan en sus países de origen, lo que convierte al turismo en una herramienta de promoción natural y muy potente. Recordó que sectores como el vino, el aceite o la carne se benefician especialmente de esta relación directa entre experiencia turística y consumo agroalimentario. Para García Muro, la oportunidad está en aprovechar esta sinergia entre turismo y agroalimentación y convertirla en un eje estratégico de la internacionalización del sector.
Clausura y entrega de premios
La jornada concluyó con el traslado al jardín exterior del Palacio de la Alfranca, donde se celebró la entrega de la primera edición de los Premios Agroalimentarios de Aragón, destinados a reconocer la innovación, la calidad y la excelencia de las empresas del sector.
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